Imágenes de algunas de las
etapas del 1º Satélite Argentino
Luego de recorrer medio
planeta, el conjunto de satélites se aproximaban por nuestro sur y
cuando las computadoras decían que ya se encontraban sobre la Antártida,
pero no a nuestra vista, teníamos la orden de no encender nuestro
satélite.
Esta orden estaba basada en la idea que nuestra frecuencia de
encendido se encontraba muy próxima a la frecuencia de destrucción del
cohete portador y que a la postre todavía estaba muy cerca del
conjunto.
La decisión era difícil ya que al no encender nuestro satélite
deberíamos esperar una órbita más para hacerlo y corríamos el riesgo que
la electrónica se enfriara demasiado y luego no respondiera a nuestra
orden y por lo tanto perder la nave.
Bastó una mirada con Osvaldo y ambos
presionamos el "botón rojo" del encendido ni bien el Lusat-1 estuvo a
nuestro alcance.